Doom ciertamente no inventó el shooter en primera persona. Ni mucho menos la primera persona, pero si marcó este género como casi ningún otro juego en su historia.
En una discusión acerca del Playstation 2, surgió como casi siempre lo hace en estas discusiones el tema del mejor o mejores juegos de la plataforma. Yo dije, medio en broma, medio en serio, que ese título le pertenecía a King’s Field IV. Una de las respuestas que recibí fue: “¿En su tiempo? Probablemente. ¿Hoy? Ni de broma.”
El género puzzle es uno en el que debería adentrarme más. Picross 3D, un juego sencillo de la Nintendo DS, me ha puesto a pensar en cómo nos acercamos a un puzzle, qué pensamos de él, y, lo más importante, lo que sentimos al solucionarlo.
Hace un tiempo eglot, un cliente LSP (Language Server Protocol) fue introducido al núcleo de emacs, convirtiéndolo en más o menos el cliente de LSP oficial de emacs, para la desgracia de lsp-mode. Me gusta eglot, es fácil de usar, configurar y simplemente funciona, y su integración con otros paquetes y componentes de emacs como company y flycheck no tiene roces. Pero, si hay un aspecto con el que emacs ha batallado, ese es, en mi opinión, el debugging.
Junto con el d-pad, la pantalla de game over es probablemente uno de los elementos más reconocibles del medio. Suele estar acompañada del try again? o, al menos, implicar que volverlo a intentar es una opción. Esta característica, a primera vista, inocua del medio engloba todo un mundo de posibilidades que han marcado al videojuego desde su concepción.